Levanzo

Pequeña y salvaje, esta isla es el lugar ideal para unas vacaciones relajantes: íntima y escasamente habitada, Levanzo ofrece numerosos hábitats en los que sumergirse, dedicándose al senderismo en el que descubrir lugares mágicos gracias a un territorio no demasiado inaccesible.
Solo un centro habitado, cerca de su puerto, lo tiñe de blanco.
Edificios históricos, pero también “catedrales” prehistóricas en sus cuevas junto con un telón de fondo rico en vestigios de Historia. En Levanzo, la cultura se integra a la perfección con la naturaleza y la otorga importancia y solemnidad.
En sus 10 km de extensión, destaca la elevación del Pizzo Mónaco que, con sus 278 m, constituye el punto más alto de la isla. Desde el mar, de hecho, la isla aparece como una colina verde que emerge de entre las aguas; aquí crece una flora rupestre rica en especies endémicas y hay muchas rutas de senderismo que se pueden realizar.