Calatafimi Segesta

El síndrome de Stendhal es el que te hace sentir mal frente a obras de arte de extraordinaria belleza. Si también hubiera una versión para la arqueología, aquí en Calatafimi Segesta habría mucho riesgo. El espectáculo que ofrece el Parque Arqueológico de Segesta es único. El parque, con su templo y teatro de estilo dórico, fue parcialmente excavado en la roca. Pero la historia ha pasado por aquí también en tiempos más recientes, cuando la batalla que se libró en 1860 entre Garibaldi y las tropas borbónicas. Además, es de gran importancia el Osario de Pianto Romano, un monumento de Garibaldi donde se guardan los restos de los protagonistas de la batalla de Calatafimi de 1860.
El pueblo es un hermoso centro por el que serpentean antiguas calles medievales, patios y escalinatas de piedra y desde el que se puede disfrutar de la exuberante naturaleza que lo rodea, que también incluye un oasis natural: el bosque de Angimbè.
El antiguo castillo de Eufemio permanece como si protegiera el pueblo. Fue construido sobre la colina al oeste de la villa y de él, hoy en día, solo quedan unas pocas murallas, sin embargo está lleno de un encanto casi misterioso.