Castillo árabe-normando

El Castillo del Mar es el símbolo de Castellammare, tanto es así que toma su nombre del propio castillo. Destaca en un extremo de la tierra firme y parece casi emerger del mar. Está ubicado en la plaza homónima, entre Cala Petrolo y Cala Marina, dentro del golfo de la ciudad, levantándose frente al centro habitado. Un baluarte defensivo se encontraba en el mismo punto ya en el siglo XI, durante la ocupación islámica de Sicilia. La arquitectura defensiva alcanzó su máximo desarrollo en la época normanda y especialmente suaba, entre 1072 y 1282. Durante la presencia aragonesa, con Federico II de Aragón, el castillo fue renovado y asignado a Federico de Antioquía. Hoy en día, se accede al castillo cruzando un puente del siglo XIX. Originalmente, estaba defendido por un foso con un puente levadizo. Tiene una forma poligonal y se distribuye en tres niveles, con prominentes almenas y torres almenadas, la Torre de la Campana y la Torre de San Giorgio, esta última equipada con una escalera interna en espiral de exquisita factura, y finalmente la Torre del Baluarte, construida en el siglo XVI. En dos dinteles, en el lado oriental, se tallan los escudos de las familias Luna y Aragona (siglos XVI y XVII). Sobresale sobre el mar una torre cilíndrica, a los pies de la cual se encuentra el llamado “baño de la reina”, una piscina rectangular tallada en la roca, hoy cubierta por la carretera del puerto. Hoy en día, el castillo alberga el Polo Museal “La memoria del Mediterráneo”.