Salinas de Trapani y Paceco
Hombre y naturaleza: feliz convivencia.
En esta reserva natural, donde se pueden admirar casi 300 especies de aves, el hombre ha logrado ingresar con respeto y armonía.
Esta importante reserva está gestionada por la Asociación Italiana de WWF y se extiende alrededor de unas mil hectáreas, desde la periferia sur de Trapani hasta el pueblo de Salina Grande, al sur de Nubia.
El símbolo de la Reserva es la avoceta, una de las muchas especies de aves que anidan en el área protegida.
Este paisaje evocador, casi metafísico, donde los únicos relieves son las montañas de sal blanca y las siluetas de los molinos que se reflejan en los tanques, tiene un gran valor histórico, ambiental y etnoantropológico.
La Reserva incluye varias propiedades privadas que todavía se utilizan hoy como centros de producción de sal. Las salinas se cultivan con el método tradicional, utilizando marismas y campos de cultivo.
Además, al ser uno de los humedales costeros más importantes del oeste de Sicilia, se caracteriza por una biodiversidad de flora y fauna única.
El ambiente salobre, una condición ambiental extrema, alberga especies arbustivas y herbáceas que se han adaptado a este ecosistema excepcional.
Entre ellas, importantes especies endémicas típicas de este hábitat, como la salicornia strobilacea (Halocnemum strobilaceum), una especie de subarbustiva descrita en pocas zonas de Sicilia y Cerdeña y la flor marítima (Calendula maritima), un endemismo raro cuyo rango se limita a la zona de la costa entre Stagnone di Marsala y Monte Cofano.
La reserva es también un lugar de descanso para numerosas especies de aves migratorias en la ruta de migración a África.
Las Salinas de Trapani y Paceco muestran el encuentro armonioso entre la actividad antrópica y la naturaleza, respetando casi trescientas especies de aves migratorias y sedentarias.
Entre las especies más representativas, además de la avoceta, ave símbolo de la reserva, se encuentran los flamencos rosados, garzas, cenizas, garcetas, caballeros de Italia, cormoranes, patos salvajes y gaviotas, todos típicos del paisaje mediterráneo.
La reserva es un lugar lleno de encanto, que emociona, una visita imprescindible si quieres llevarte un recuerdo único e inolvidable del oeste de Sicilia.
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