A ritmo de...sal - West of Sicily

A ritmo de...sal

Tradición y Artesanía

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En los ambientes costeros del Mediterráneo se pueden observar montañas blancas a menudo cubiertas con tejas. Es el oro blanco del Mediterráneo, la sal, extraída del mar con la energía del sol y del viento.
Y es precisamente en la extensión metafísica de las salinas, cultivos tradicionales casi inalterados durante milenios, durante los meses de recolección de la sal que hay un ritmo marca el tiempo: el canto de los salineros. La tradicional recolección de sal se realizaba al final de la salazón, entre mayo y septiembre, y los salineros que la trataban realizaban la rumpitina, es decir, la rotura de la costra de sal y ammunzeddatina o arrunzatina, o la recolección de sal en pequeñas montañas. Ver el avance de estas operaciones y la repetición de estos gestos que se transmiten de generación en generación hace que sientas una relación con la esencia de este lugar.
El recuento de la cosecha se realizaba en “salme”, antigua unidad de medida para cuantificar la sal: en la antigüedad, cuando se usaban, correspondía a 24 cestas, con la introducción de carretillas se correspondía a 12 carretillas. Una salma corresponde a unos 500 kg.
El recuento de cada canasta, para que nadie reclamase, se realizaba de modo tal que todos lo escucharan y estaba marcado en un cántico que el segnature cantaba en voz alta, de ahí nace el sugestivo canto de los salineros.
Este canto, por tanto, marcó el ritmo del recuento de las cestas de sal (el cartedde) cargadas en los carros para el transporte. Incluso hoy, a principios de verano, es posible admirar este antiguo oficio, sentirse trasladado a la obra de Antonino Leto, Saline de Trapani (aproximadamente 1881), y, en contemporánea con algunos eventos culturales, es posible escuchar este ancestral ritmo en un contexto único.