Favignana

La más grande de las islas Egadi es Favignana, Aegusa en la antigüedad, una isla que, además de sus aguas cristalinas, está llena de encanto. Dominada por su fortaleza en el Monte Santa Caterina, esta isla ofrece mucho desde el punto de vista cultural y natural. Su paisaje desnudo destaca entre el azul del cielo y del mar. Sus llanuras, especialmente la que se encuentra en la punta este, hacen que sea perfecta para recorrerla en bicicleta. Pero Favignana es también historia y cultura en un contexto paisajístico excepcional: el Castillo de Santa Caterina que domina la isla, su zona arqueológica por excelencia, en Cala San Nicola, uno de los primeros desembarcos de la isla de la época púnica, atestiguado por la presencia de una planta para la elaboración de pescado y la producción de garum y, así mismo, un ninfeo de la época romana, la evidencia de una necrópolis, de la antigüedad tardía y bizantina a lo largo del lado noreste de Monte Santa Caterina, junto con los hallazgos en Grotta del Pozzo, un hipogeo paleocristiano. En la isla, la arqueología se funde con la historia y las tradiciones locales, pero también con la arqueología industrial, un ejemplo de ello es en la antigua almadraba de la fábrica de Florio o en los jardines subterráneos, creados en las antiguas canteras de toba (pirrere), una antigua actividad minera que también ha marcado el “diseño” de las costas, donde las grietas son invadidas por aguas cristalinas.