Un viaje al oeste de Sicilia resulta una experiencia inolvidable desde muchos puntos de vista.

No solo por su mar y sus paisajes. No solo por el arte y la cultura que impregnan todos los lugares de la isla. Pero también por la tradición gastronómica y vinícola.

Este territorio cuenta con una gran variedad de cepas, tanto blancas como negras, que dan lugar a vinos de altísima calidad.

Si estás planeando unas vacaciones en Sicilia, ¡debes vivir esta aventura combinando una buena copa de vino con cada plato que degustes!

5 combinaciones que probar por lo menos una vez en la vida

El atún rojo, el más fino entre los túnidos, sobre todo a la plancha o en agridulce, merece ir acompañado de un Catarratto: un vino de tonalidades florales, fresco y afrutado.

La pasta busiate con pesto alla trapanese: tomate, ajo, albahaca, almendras y aceite de oliva. Ingredientes sencillos, que dan vida a uno de los condimentos más sabrosos de la tradición siciliana.

¿La combinación ideal? ¡Un Nero d’Avola!

Su Majestad el Gambero Rosso, apreciado en todo el mundo y pescado solo aquí, también se puede degustar crudo: sugerimos probarlo junto con un Grillo, cepa de la que nacen vinos de sabor sabroso, con notas cítricas y aromas florales.

Uno de los protagonistas de la repostería siciliana, el cannolo, se merece una variedad de uva declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y su preciado néctar: ​​Zibibbo, también conocido como Moscato di Pantelleria.

Y finalmente, el único requesón italiano DOP de origen ovino, además de un presidium de Slow Food: la vastedda, elaborado con leche de oveja Belice, para disfrutar junto a un Frappato. Se trata de un vino robusto y tenaz, de un color rojo brillante y un aroma afrutado.