El pan de San Giuseppe en Salemi: Historia de una tradición siciliana
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1 Marzo 2022

El pan de San Giuseppe en Salemi: Historia de una tradición siciliana

La fiesta de San Giuseppe es una de las mejores de todo el oeste de Sicilia. Las tradiciones seculares, transmitidas de generación en generación, se reavivan cada año alrededor del 19 de marzo.

En ella cobra vida una de las celebraciones más evocadoras de la isla, no en vano incluida en el Registro del Patrimonio Inmaterial de Sicilia: la Fiesta de los Panes Votivos en Salemi, un pueblo de la zona de Trapani, reconocido como uno entre los pueblos más bonitos de Italia.

La celebración tiene orígenes paganos muy antiguos, atribuibles al culto de la diosa griega Deméter y al tema de la fertilidad, del despertar primaveral de la naturaleza tras el largo letargo invernal.

Sin embargo, la singularidad de la fiesta de Salemi se debe a la preparación de los típicos panes colocados en los altares votivos: las llamadas “Cenas de San Giuseppe”.

Unos días antes, en los hogares de los devotos, comienza la preparación de panes de las formas más dispares, entrelazando simbolismo pagano y cristiano: representaciones de frutas, animales, flores, entre ellas la rosa (la flor asociada a la figura de la Virgen ) o el lirio (símbolo de la pureza cristiana) y elementos relacionados con el trabajo del Santo carpintero, como martillo, clavos, tenazas.

Cuando la preparación del pan, protagonista de las decoraciones, está casi terminada, comienza la instalación del altar. Cubierto con ramas de laurel y mirto (“murtidda”) y decorado con naranjas, limones, hinojo y pequeños panes, el altar simboliza la petición de protección para la familia.

Estas mesas se suelen preparar en la planta baja y permanecen abiertas al público durante todo el día. Los visitantes pueden así degustar los platos puestos a disposición: pan, por supuesto, pero también platos de pasta, verduras fritas como cardos y brócoli, quesos, frutas y postres como cassata, cannoli, cassatelle y otros.

En este evento se concilia la tradición puramente religiosa con el gran interés turístico, por lo que, en el periodo de San Giuseppe, el territorio de Salemi se convierte en un destino al que acuden visitantes de todo el mundo.

Una oportunidad para redescubrir este magnífico lugar, una ciudad de arte pero también de tradición campesina, inmersa en el impresionante paisaje del valle de Belice.